viernes, 30 de diciembre de 2011

Coherencia educativa en el hogar


Suele olvidarse que de todos los papeles que desempeñamos en la vida, la función parental es sin dudas la más importante de todas y esto así porque de ella depende el futuro.
El sistema familiar es una construcción social que favorece la trascendencia en esta vida.
Ser padres cambia la vida, pero no serlo también la cambia.
Al educar es necesario ponerse de acuerdo, para no estar de acuerdo. Y esto se logra funcionando como un equipo parental. Que se haga lo que es mejor para la niña y el niño y como una democracia negociar las decisiones. A veces se hará lo que cree mamá, en otras lo que piensa papá. No somos buenos en todo, y “así como el diablo sabe por viejo, no por diablo”, es la experiencia la que valida nuestras decisiones.
Que el y la niñ@ crezca alrededor de un self, un yo bien definido, le da la seguridad necesaria para establecer un “sentido de si mismo” sólido, por lo que en algunos aspectos la hija se parecerá a papá y en otros a mamá. En ese orden los padres necesitan evitar algunas situaciones y tomar en cuenta otras.
Evitar:

  • Desautorizar el cónyuge que ha dado su opinión y ha anunciado su decisión.
  • Reforzar siempre los logros de los hijos, eso los lleva por el camino de la competencia y lucha por el poder.
  • Castigar si estás molest@, usualmente dañamos en nombre del amor.
  • Usar un solo método disciplinario (castigar, quitar privilegios, golpear etc…) funciona; pero crea peores consecuencias: se repite el modelo, baja la propia estima, produce personalidades tímidas, se introyecta la idea de que la agresión y violencia es el único método de dirimir conflictos y un largo etc...
  • Anunciar que es papá (o mamá), el que va a castigar siempre. Eres tú misma la que te estaría desautorizando y nadie te va a respetar y mucho menos a admirar, por tanto no te van a elegir como modelo.

Tomar en cuenta:

  • Respetar la decisión de su pareja aunque no se esté de acuerdo. Ya habrá tiempo para analizarla.
  • Calmarte primero antes de pretender disciplinar, si estás calmad@ podrás poner límites firmes, siendo tu mism@ y just@ al aplicar una acción correctiva.
  • El cónyuge presente cuando se cometa una falta, coloca el límite correspondiente.
  • Reforzar siempre el esfuerzo realizado, más que los logros conseguidos, esto ayuda, a mantener el esfuerzo constante en el logro de las metas y evita la ansiedad de hacer lo que sea para conseguir lo esperado culturalmente.
  • Disciplinar utilizando diferentes métodos, a saber:
  • Reforzar la conducta contraria a la que queremos corregir,
  • Validar toda buena conducta,
  • Quitar privilegios,
  • Poner límites firmes,
  • Apartar el amor al dejar de hablarle en forma temporal, y sobre todo
  • Razonar sobre lo bueno o lo malo de alguna cuestión.

Los hijos necesitan padres que sean ellos mismos, que puedan decir con claridad lo que piensan y sienten sobre las cosas, que tengan un yo o self, bien pensado, firme, sólido. Es la única garantía para poder ser elegido como modelo de identidad y que tu hij@ tenga los valores que te adornan y le dan sentido a tu existencia.


Por: Lourdes Henríquez Díaz MA
Psicóloga Educativa/Terapeuta Familiar

Centro de Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)
Teléfono: 8092216959