jueves, 17 de junio de 2010

La Pareja Ética



ELEGIR PAREJA

Cuando dos personas deciden unir sus vidas y formar una pareja están ejerciendo un derecho humano de realizar un matrimonio por amor; lo que supone la elección mutua y asumir un contrato efectuado libremente.

Esto es propio de nuestro mundo occidental; antiguamente se usaban las casamenteras y eran los padres los que decidían con quien se unían los hijos y las hijas. Hoy día, aunque esta costumbre solo es frecuente en algunos países orientales, aun nosotros creyendo que somos libres al elegir pareja no nos damos cuenta de que lo que influye al decidir es ese conjunto de impresiones y sensaciones emocionales que los padres nos ayudaron a conformar.

Cuando nos enamoramos elegimos lo que ya conocemos y son los padres los modelos preferidos para imitar por lo que buscaremos personas similares a ellos al elegir la pareja.

La mujer y el hombre miembro de la pareja en cuestión provienen de por lo menos cuatro familias de origen diferentes (línea paterna y materna) y la construcción como persona ética ya esta establecida; por lo que cuentan con principios y valores diferentes para solucionar los conflictos morales a los que se verán sometidos.

IMITAMOS MODELOS

Una vez que una persona se implica en una relación de manera libre e intencional, aumenta su sensibilidad para captar aspectos relevantes de ella y hacerlos suyos; la admiración y el respeto hacia la otra persona hace que la misma pueda influir en uno; por lo que podemos convertirnos en mejor ser humano. Recuerdo de un cliente que afirmaba reconociendo los cambios en su mujer: “cuando yo me case con ella tenia unas malas costumbres que conmigo las ha dejado, ahora puede honrar su compromisos y pagar lo que debe con alegría”

Lo que a veces, pasa, es que una persona puede repetir algo que vio hacer al modelo elegido como ideal de moralidad y que se utiliza como marco de referencia para el autoperfeccionamiento personal; pero eso que repite puede no ser una conducta moral adecuada. Y es lo que explica que una mujer cuyo padre alcohólico hizo sufrir mucho a su propia madre en su familia de origen, repite en su familia nuclear el dilema familiar al elegir como pareja un hombre alcohólico. Esas elecciones son invisibles para la persona que la sufre.

Se requiere madurez para ser capaz de enjuiciar la moral que se haya recibido de la familia de origen de la que provenimos que es donde se ha desarrollado nuestro self; para así construir nuestra propia ética personal.

LO ÉTICO

Lo ético implica el concepto que nos define sobre el bien y el mal, sobre justicia e injusticia, igualdad, equidad, responsabilidad, cuidado, respecto, derechos y deberes.

El hablar de ética, apunta en la dirección del reconocimiento de que algunos comportamientos morales son superiores a otros. Es necesario hablar de justicia; de equidad en deberes y derechos; de reciprocidad en el toma y daca relacional; del respeto al otro; en fin, de búsqueda de fórmulas que afecten lo menos posible a la otra persona y que no signifique esa actuación una traición a nuestro propio self.

Evaluar las consecuencias éticas de cada acción nos ayuda a enfocar injusticias o situaciones de explotación en el momento que se producen y estimar el daño propio o el que le hayamos provocado a los demás.

La ética supone tomar decisiones diferenciadas consultando los principios morales que rigen nuestro self. Para ello le enseño a los clientes cerrando los ojos a escuchar su sentido interior que les indica las señales internas. Al mismo tiempo que nos consultamos; tomamos en cuenta la otra persona cuya vida se vera afectada por dicha decisión.

Me encuentro con frecuencia con parejas en la consulta terapéutica que se sobregiran emocionalmente al hacerse responsables de las necesidades del otro; es decir, entienden los deseos de su compañera y satisfacen los mismos, pero aunque esa postura aparentemente resultaría la ideal, no es la correcta porque se olvida esa persona de la justicia consigo misma y su propio self. El sobregirarse se paga a veces con depresiones y otros síntomas psicosomáticos, como ataques cardiacos, úlceras, caída de pelos etc...

Sobregirarse significa hacerse responsable y tomar la carga que a otro le pertenece.

La equidad en deberes y derechos es superior a la igualdad; que no significa darle a todo el mundo lo mismo. La equidad de la justicia plantea darle a cada quien lo que necesita y merece por sus propios méritos. A los fines del presente análisis viene muy a cuento lo que Aristóteles afirma: “Es tan injusto tratar a iguales en forma desigual; como tratar desiguales igualmente”

Para la psicóloga estadounidense Carol Gilligan una persona adulta madura debe integrar la ética de los derechos y deberes propia de los hombres y la ética de la responsabilidad y el cuidado recíproco, propia de las mujeres.

ENTENDIMIENTO MUTUO

Los miembros de una pareja que quieren entenderse necesitan:

1º - hacer una costumbre el analizar lo que cada uno opina sobre los dilemas morales que experimentan; cuando van junto a ver una película, una obra de teatro o leen en común un cuento o una historia de vida.

2º - tratar de pensar por si mismos. Revisar cómo es afectado por los prejuicios sociales o por opiniones sin fundamento cada vez que opina o evalúa sobre una situación conflictiva.

3º - Obligarse a usar empatía. Es decir, ponernos en el lugar del otro siempre.

4º - Pensar de acuerdo consigo mismo. Esto es, evitar las contradicciones y ser coherentes con nosotros mismos, de suerte que un principio moral no contradiga otros que afirmamos sostener.

5º -cuando se solucione un conflicto moral que los afecte a ambos, la mejor fórmula para hacerlo es la de ganar/ganar. Por cuanto escucho lo que mi pareja tiene que decir y luego trato de ser escuchada, actuando de esa forma con consideración y respecto.

6° Es ideal un diálogo auténtico entre los miembros de la pareja.

RELACIONES ÉTICAS

Según el terapeuta de familia Iván Nagy “la esencia de cualquier relación humana es la capacidad para asumir compromisos y confiar en los demás”. La confianza viene y se consigue en base a la sinceridad y la apertura; en contraste con la negación o el secreto. Eso no significa que no se tengan espacios personales o privados o que lo diferente se experimente como motivo de confrontación en vez de vivenciarlo como un valioso instrumento de crecimiento.

Cuando se confronta un dilema moral; como por ejemplo el ser infiel a tu pareja, para solucionarlo necesitamos buscar ayuda profesional; al hacerlo pudiera ser que uno de los miembros de la pareja exija una solución automática e inmediata del dilema en cuestión y se nos olvida lo difícil que puede resultar lograrlo.

Por un lado, el sentido de una misma situación puede ser diferente para cada persona y además la persona no necesariamente puede darse cuenta, del sentido moral de un hecho de forma inmediata. Muchas veces la terapeuta al trabajar con una pareja plantea explícitamente la necesidad de dejar para más tarde, la decisión moral en cuestión, en lo que se analiza y descubre el significado que tiene la conducta para cada miembro.

La búsqueda de significado es entender lo que para cada miembro significan las cosas sin prejuiciar o suponer que un hecho tiene una sola explicación posible.

Las parejas al comunicarse socializan contenidos morales y expresan lo que consideran bueno/ malo, justo/ injusto; sin embargo esta expresión ética es como la punta del Iceberg, la gran parte de lo que somos moralmente se vive y actúa en forma implícita o indirecta y a veces inconsciente; y a pesar de esta realidad se argumenta entre las parejas “pero es que él debió saber lo que yo pienso, él me conoce”.

En el “toma y daca” relacional al justificar la actuación recíproca se escuchan expresiones tales como: “Es que como él me es infiel, pues yo hago lo mismo” demostrando un desarrollo moral infantilizado. Son los niños los que al explicar su actuación inadecuada la justifican con la famosa ley del Tailón “ojo por ojo y diente por diente”.

Personalmente creo que nosotras las mujeres perdemos méritos en esa famosa guerra entre los sexos al suponer que gano en libertad y maduración cuando hago cosas que en su momento eran propia de los hombres. Me refiero a llegar a deshoras; tomar alcohol en exceso y cosas por el estilo. Una conducta es éticamente incorrecta cuando me hace daño físico o psicológico a mí o a los otros y eso no tiene que ver con el sexo de quien la realiza.

No tengo calidad moral para justificar una actuación que le haga daño a un semejante o a mi propia persona por el hecho de que alguna vez otros lo hicieron conmigo. Eso es actuar el “Derecho Destructivo” y una persona ética siempre tiene la opción de actuar o no ese derecho.

La capacidad afectiva que establece una comunicación real auténtica entre los participantes; es la vacuna que inmuniza para las diferentes pruebas morales a la que la misma se vea sometida.

Lourdes Henríquez Díaz

Psicóloga Educativa/ Terapeuta Familiar

Centro De Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

Juan Sánchez Ramírez nro. 31 Suite 203 Edificio: Los Girasoles. Gazcue. E-Mail: cedinfa@gmail.com Oficina: (809) 221-6959

2 comentarios:

  1. Suele ser un poco complicado la elección de pareja en estos tiempos, es cierto que debemos llevarnos de nuestros sentimientos, sin apartarnos de esas frases de nuestros abuelos, cuando decían que las mujeres se debían buscar por raza, refiriéndose a lo ético y moral de la familia a la que pertenecía. Es muy cierto que imitamos patrones, y lo ético o moral en muchas ocasiones, aunque no es heredado viene de la familia.
    Compararlo el que si evaluamos las consecuencias de esas acciones nos ayuda a enfocar injusticias o situaciones de vejación entre parejas.
    El ser humano no debe sobregirarse en su actuaciones, cuando tiene conocimiento de una mala acción de su pareja, ya que esto produce en ocasiones depresiones.
    Lo equitativo es lo justo. El entendimiento es de ambos. Se pierde merito y se debilita la relación cuando se quiere hacer lo mismo que el otro hizo.
    Hector J.

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    1. Es cierto lo que dices Hèctor y sobre todo porque hablamos de una relación simétrica; y la de pareja lo es como los amigos o los hermanos.
      La relación se verà afectada si no trabajamos esa equidad, o reciprocidad; como diría Nagy, en cargas y beneficios.
      Gracias

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