jueves, 17 de junio de 2010

La Autoexploración en los Cuerpos de los Niños


Un bebé nace sediento de amor, su primer amor es su madre el prototipo para futuros lazos de amor y es desde esa fusión con ella que empezamos a diferenciarnos.

El infante desde que nace posee una naturaleza erótica, y fue Sigmund Freud quien nos hizo consciente de esta realidad.

El tutelaje afectivo sexual se inicia con el nacimiento, y son los besos, las miradas, los toques, las caricias, el estar cercano, abrazando, haciendo cosquillas; lo que le enseña a amar y a descubrir sus sensaciones eróticas.

Todas las formas de contacto afectuoso NO genital, son básicas para su futuro bienestar emocional y sexual.

El contacto físico lo prepara para el amor, la confianza y su sensualidad. Los padres están enseñando los fundamentos de lo que significa ser un ser sexual.

MASAJES

Hoy los estudios de los masajes en los infantes desde la neurociencia nos enseñan otros beneficios como el fortalecimiento del sistema inmunológico, los ayuda a crecer, a estar activos, atentos etc. Ahora bien, la manera en que los padres y maestros responden a estas inocentes expresiones sexuales primarias de un bebé, es lo que va a influenciar las actitudes sexuales de los mismos para el resto de su vida.

Sentirse como en su casa en su propio cuerpo es el primer paso en una relación con otro, conectarnos con nuestro cuerpo, conocerlo, vivir en paz con él, escucharlo, amarlo, confiar en él, descubrir lo que se siente.

El sexo y el amor están relacionados, si él niño recibe el mensaje que el sexo y el amor no están relacionados ¿cómo podrán ser reconciliados más tarde cuando sean adultos y necesiten un desarrollo sexual y afectivo saludable?

MAPA DEL AMOR

Los niños sienten el deseo de estimular sus genitales, porque ello le causa placer, y es junto con las exploraciones sexuales infantiles entre compañeros de la misma edad lo que ayudará a configurar su mapa del amor, a veces, se tocan cuando están consigo mismos porque están cansados o porque el hacerlo los calma.

El juego del ensayo del sexo refleja la curiosidad natural sobre sus cuerpos y es un elemento saludable para el "mapa del amor".

Los aspectos sexuales de estos juegos son naturales para los niños, siempre y cuando ocurran con niños de su misma edad.

Su composición de emociones viene de las primeras relaciones importantes en la vida, (mamá, papá, hermanos...) ellas forman la relación amorosa ideal que buscarán más tarde en sus vidas y en sus sueños.

VÍNCULOS

Aprender que la sexualidad es una función natural y hermosa, que la misma es un motivo fisiológico, y que junto con la necesidad afectiva nos dan las destrezas necesarias para establecer vínculos significativos.

Es necesario tener un vínculo seguro con cada padre, lo que favorecerá la posibilidad de tener una relación persona a persona con cada sexo. Si es niña una buena relación con su mamá le va a dar seguridad y va a confiar más en sí misma, pero al mismo tiempo el vínculo seguro con papá le dará las destrezas para relacionarse con personas del sexo contrario, base de su futura relación de pareja.

La psiquiatra norteamericana Helen Kaplan considera que sí el motivo sexual, no se molesta, si no se interrumpe, si tenemos la sabiduría para fomentarlo con la misma paciencia, respeto y amor que acompañamos el desarrollo humano en otras funciones, como la capacidad verbal o la necesidad de comer, la misma, florecerá espontáneamente.

Crecer supone aprender y practicar, hacer prueba y cometer errores en todos los terrenos: el baile, el estudio, etc. Para desarrollar habilidad y seguridad en cualquier campo, se ha de permitir a la niña y el niño que ensaye la actividad en cuestión en forma de juegos y de fantasías y la sexualidad está incluida.

Ahora bien, en el desarrollo sexual, los límites adecuados son muy importantes. Es necesario enseñarles a los niños que la sexualidad es un terreno muy vulnerable. Llevarlos a respetar los sentimientos de los demás, a no utilizar la sexualidad de una manera destructiva o explotadora. Y esto lo podemos lograr con ejercicios de empatía, poniéndolos en el lugar de los otros.

La terapeuta familiar Virginia Satir nos advierte, que nosotros los padres y adultos en general a la hora de educar tenemos heridas que no han sido sanadas, procesos que no han completado adecuadamente y eso nos impide acompañar a nuestros hijos en sus propios procesos de desarrollo sexual.

Aprender junto con los hijos permite humanizarnos y enriquecer nuestro respectivo potencial humano.

Las emociones conflictivas en torno a nuestra propia sexualidad tienden a convertirse en mensajes negativos para el niño. Mensajes tales como: “Eso es feo...” “Te hará daño...” “A mamá no le gusta...” “Eso es malo...” Es posible que no sean conscientemente entendidos por el niño, pero aun así pueden influir en su conducta sexual y afectiva para el resto de su vida.

Por: Lourdes Henríquez Díaz MA.

Psicóloga Educativa/ Terapeuta Familiar

Centro De Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

Juan Sánchez Ramírez nro. 31 Suite 203

Edificio: Los Girasoles. Gazcue

Mail: cedinfa@gmail.com

Oficina: (809)221-6959

En torno al documental “Trujillo, lujuria de un macho dictador”


La literatura en sus diferentes manifestaciones y géneros cumple un papel determinante en el desarrollo de la identidad de las personas.

Los sociólogos le denominan a la personalidad básica de las personas que constituye toda una nación “el carácter Nacional”. Todos, literatos, profesionales, instituciones, políticos, religiosos con nuestro ser y hacer, contribuimos a conformar esa identidad nacional. Pero, lo que más pesa para lograrlo, son los productos culturales; traducidos estos a través de libros, revistas, artículos, comentarios, documentales, películas, animaciones...

Todo esto viene a cuento, porque me quedé absorta observando el documental, “Trujillo, lujuria de un macho dictador”, y al final del mismo sentí dolor, angustia, molestia, tristeza. Por lo que se dijo y por las ausencias; si bien nadie podría suponer que el excelente material fílmico halla incurrido en mentiras o falsedades, hubo si, la presencia de juicios, evaluaciones y ausencias.

He aprendido de los psicólogos humanistas (Carl Rogers, Abraham Maslow, Virginia Satir...) y otros teóricos científicos de la psicología, como Murray Bowen que: La actitud madura y científica de acercarnos a las realidades es: observar, pensar y luego actuar; que las preguntas que sería conveniente formularnos son: ¿Qué pasó?; ¿cómo pasó?; ¿quién o quienes lo hicieron?; ¿cuándo?; ¿dónde ocurrió? Pero nunca, nunca, nunca, él por qué. Esto supone juicios y evaluaciones.

Es una de las cosas que más valoro del gran novelista y mejor biógrafo, Stefan Zweig, me acerca y describe la realidad, pero no me da una interpretación de la misma. Deja sin embargo; al lector para que lo haga con su propio sistema de desarrollo Moral. Al no inducir un juicio, libera.

Las ausencias, nos ofrecen una visión deformada de la realidad puesto que tuvimos mujeres como las hermanas Mirabal que enfrentaron de una manera sostenida y pública las aspiraciones obsesivas del dictador.

Trujillo, si bien es cierto que como una manifestación de su machismo (fenómeno sociológico que refleja el atraso cultural de un pueblo y que consiste, en creerse superior al otro sexo, y por tanto con derecho a explotar sexual, moral, social y económicamente al mismo, porque lo considera inferior). Trujillo repito; cosifica, deshumaniza, explota a la mujer, objeto de sus caprichos.

Abraham Maslow describe un mecanismo de defensa que se denomina “desacralización”; es el hecho de que la juventud deja de creer en los adultos, porque estos dicen una cosa y hacen otra. Producimos ese hombre o mujer light (cómodo fácil y sin valores) cuando un producto cultural; léase, documental, película o lo que sea, no nos deja claro, que tenemos adultos en quien creer o confiar, que tenemos ideales, que hay personas honorables a quienes imitar; por lo que hacemos un mal servicio a la nación, si no tenemos esta realidad en cuenta.

Es necesario recordar que la función más importante de los medios de comunicación; además de persuadir, informar y distraer, es la de educar.

Que no se nos olvide, todos somos, y sobre todo las personas públicas, planificadores sociales y educadores.

Por: Lourdes Henríquez Díaz MA.

Psicóloga Educativa/ Terapeuta Familiar

Centro De Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

Juan Sánchez Ramírez nro. 31 Suite 203

Edificio: Los Girasoles. Gazcue

Mail: cedinfa@gmail.com

Oficina: (809)221-6959

Tolerancia y Altruismo Respuesta a Nuestros Prejuicios

     Consciente o inconscientemente, nuestra época está afligida por innumerables prejuicios que influyen sobre las opiniones y lo que es más grave, muchas veces determinan la línea de actuación.
La historia reciente y la remota ilustran de manera trágica el alcance que pueden tener los prejuicios raciales, religiosos, sociales y clasistas. Basta hojear un periódico para darse cuenta de las calamidades que afligen nuestro mundo; lo que oscurece de un modo alarmante el futuro.
El prejuicio es una actitud negativa que se mantiene hacia las personas, simplemente por su pertenencia a algún grupo, sin conocerlas personalmente, la cual puede deteriorar la autoestima de los miembros de esos grupos.
El prejuicio se aprende cuando los niños observan a los adultos, expresando actitudes prejuiciosas; pueden en un futuro, mostrar conductas de este tipo. Se desarrolla además, al fomentar la competición, ante la escasez de recursos.
El núcleo de todos los prejuicios sociales graves se adquiere en una edad en la que el niño todavía confía ciegamente en sus padres.

El nacimiento de prejuicios puede esperarse especialmente allí donde se da una tendencia a la aceptación ciega y sin crítica de opiniones apenas o nada fundadas.
La persona es más cerrada, prejuiciosa o se aferra más a sus opiniones; cuando menor es su confianza en sí misma. Lo que supone que decididamente hemos de emprender una educación para la autonomía personal y la propia seguridad.
Las palabras peyorativas o "malas palabras" usadas persistentemente durante años, pueden por si solas producir una peligrosa desaparición del respecto.
Por lo que debemos evitarlas; recordando que "hablar es comportarse".
 ¿Podemos educar para la tolerancia y el altruismo?
Debemos educar para la convivencia en general, con una actitud en principio crítica - con la inclusión de la crítica de uno mismo- , en la que en lo posible no se acepte ninguna opinión sin indagar sus orígenes y sus razones y lógicamente indagar el grado de competencia de quién difunde una opinión.

El nivel de altruismo aumenta con la edad, aparentemente en relación con la creciente empatía (ponerse en lugar del otro). Los padres de los niños altruistas típicamente establecen "un ejemplo"; de cooperación, de compartir, son compasivos y generosos, dan ayuda y son sensibles a las necesidades de otras personas. Los padres deben preguntar ante una mala acción, por ejemplo:
¿Cómo piensas que se siente el señor Calderón? O ¿Cómo te sentirías si tu fueras Josefa?
Buscar posibles explicaciones de los prejuicios nos proporciona claves para reducirlos. Enseñar a tener una mente abierta, al pensar en alternativas, para la solución de los problemas. En lugar de enseñar a los niños a que se inclinen a descargar sus propios problemas en otros, podemos educarlos de forma que acepten la responsabilidad de sus propias vidas.
La tolerancia supone ser indulgente, condescendiente, respetuoso y considerado hacia las maneras de pensar, de sentir y de actuar de los demás; aunque estas sean diferentes a las nuestras. Ejemplo: La tolerancia religiosa. Se deja libre a cada persona para que practique la religión que profesa.
Parece que el mejor medio para la educación de la tolerancia es convivir espontáneamente con una gran variedad de personas o situaciones. La idea es que se trate con el mayor respeto las costumbres de los diferentes grupos; haciendo énfasis en las contribuciones culturales de las minorías.
Podemos cambiar los tipos de mensajes que enviamos a través de la sociedad, de los medios de comunicación y la creación de leyes que apoyen los derechos humanos.
Una doctrina es recibida con entusiasmo si, por ejemplo, se ofrece en forma de película; atraer la atención de sus hijos por programas de televisión que refuercen las conductas que queremos instaurar.
Más eficaz que toda instrucción mediante palabras o imágenes, es el conocimiento inmediato a través de viajes, visita de familia y fiestas populares comunes.
El medio más eficaz contra los prejuicios es la colaboración auténtica. Es la persecución conjunta de fines comunes, si esta se planifica de manera que surjan auténticos grupos mixtos de trabajo. (Pueden participar en lo posible personas de todas las edades).
Debemos educar para la convivencia en general, con una actitud en principio crítica -con la inclusión de la crítica de uno mismo-, en la que en lo posible no se acepte ninguna opinión sin indagar sus orígenes y sus razones y lógicamente indagar el grado de competencia de quien difunde una opinión.

Podemos educar a los niños con respeto y amor por caminos que le ayuden a pensar bien de ellos mismos, ya que, la autoestima es la clave para que la gente viva bien en grupos, sin necesidad de mirar a los demás por encima del hombro; favoreciendo así la tolerancia y evitando los prejuicios.
Lourdes Henrìquez Dìaz MA.
 Psicòloga Educativa/Terapeuta Familiar

Centro De Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

Juan Sánchez Ramírez nro. 31 Suite 203
Edificio: Los Girasoles. Gazcue
Oficina: (809)221-6959

¿Es la Autoestima la Base de la Felicidad?


En días pasados le hablaba a 500 alumnos en tres miércoles consecutivos, sobre el tema que nos ocupa. Las preguntas que me hacían eran las que todos nos hacemos al pensar en un tema de tanta importancia: ¿Cómo se forma la autoestima? ¿Qué hay que hacer para aumentarla si la tenemos baja?¿Cómo sabe uno si su autoestima es baja?

Al respecto tenemos dos noticias: una buena y la otra no tanto. La primera es saber que la autoestima puede elevarse; sin importar la edad del ser humano; la segunda es que es difícil hacerlo.

Todos podemos cambiar, en cualquier etapa del desarrollo, sobre todo si aprendemos. El aprendizaje para algunos es más lento que para otros, pero igual podemos lograrlo.

Es importante colocar a los niños en situaciones propicias para que piensen bien de sí mismos, para que se acepten como seres diferentes y puedan celebrar esas diferencias.

Concentrarnos en lo positivo de un ser humano y resaltarlo aumenta su

autoestima. Al hacer esto lo estamos validando.

Una persona con buena autoestima no necesita mirar a los demás por encima del hombro y es más probable que viva bien en comunidad.

Bases de la autoestima

Las bases en las que se fundamenta el logro de la autoestima son cuatro:

  • El significado. Lo que supone que somos amados e importantes para las personas significativas de nuestra vida,
  • El logro. La capacidad que tenemos para conseguir metas; es decir ser capaz de ser o hacer…
  • El poder. Ser capaz de dirigir nuestra propia vida, tomar decisiones, tener control de lo que somos y hacemos.
  • La virtud. Entiéndase la consecución de los valores humanos como: la bondad, responsabilidad, comprensión, respeto, amor. Todo lo cual, admiramos en los demás; porque es difícil conseguirlo.

A veces observamos las virtudes en un ser humano y no creemos en ella o la envidiamos; es como diría Abraham Maslow "El complejo de Jonás": Miedo a la propia Grandeza. Mecanismo de defensa que el mismo Maslow denominó "desacralización". Hemos dejado de creer en las virtudes de los adultos porque decimos una cosa y hacemos otra. Debemos volver a creer en los demás y en nosotros mismos; en que es posible ser buenos, cooperadores, generosos.

El énfasis de la familia, escuela y otros agentes de socialización, en la fortaleza de las personas, ayuda a la consecución de estas bases en la que se fundamenta la autoestima.

Siento que nuestra elección final de amistades en la vida tiene que ver con las personas que piensan bien de uno; es como un acuerdo de admiración recíproca que mantiene y aumenta la autoestima.

La clave es el tacto. Nadie quiere tener una mala opinión de sí mismo. Por lo que debemos; pretejernos. Los amigos; la pareja; los grupos a los que pertenecemos; la familia; todos mantienen, elevan o destruyen nuestra autoestima.

La autoestima alta hace que enfrentemos la vida con una actitud abierta; que confiemos en nosotros mismos; que cuando lo creamos necesario decidamos enfrentar la ira de los otros, sin que eso nos afecte; podemos aceptar la crítica de los demás por nuestra conducta sin alterarnos ni aumentar la reactividad; creemos que podemos tener éxito en la vida y lo conseguimos, lo que hace que los demás crean en nosotros lo que, a su vez, nos lleva a elevar la misma en un círculo que funciona igual para la baja autoestima; es decir que se mantiene a sí mismo.

La baja autoestima o como diría Virginia Satir la "olla vacía", esa olla puede estar llena de podredumbre, celos, sentimientos de inferioridad, miedos.

Me encanta esa metáfora, con la que se quiere significar; muro psicológico de desconfianza. No se cree en uno mismo ni en los demás.

Claro siempre tenemos razón, si creemos que no podemos, no vamos a poder, si creemos que podemos lo vamos a conseguir; es lo que se llama "profecía de autorrealización" Voy a actuar conforme pienso que va a pasar lo que hace que ayudo a que pase.

Para ser aceptada la persona con baja autoestima actúa de forma pusilánime, se humilla. Depende de los otros para sentirse bien, y para mantener su opinión de sí misma, lo que hace, que viva siempre angustiada por saber la opinión de los demás; dejando en manos de otros o de una fuente externa, lo que debe construirse desde el interior del ser humano.

En vez de buscar a los demás para utilizarlos quien tiene elevada autoestima busca a los otros para servirles.

Puede hacer esto porque autoestima significa conocerse, comprenderse, respetarse, evaluarse, valorarse, amarse.

Solo puede dar amor el que se ama a sí mismo, respetar el que se respeta…y así poder ponerse en el lugar del otro y comprenderlo en forma empática. Este proceso empático se inicia muy temprano en la vida, (alrededor de los tres años) y es la base de la madurez social.

La autoestima es pues, la base de la felicidad; no hay mejor dicha que estar satisfechos de lo que somos, de nuestro destino; es además, la clave del éxito; logramos todo lo que nos proponemos si creemos que podemos lograrlo; y los errores lo que hacen es darnos fuerza para mejorar y encausar mejor el camino; es además, base de la salud mental.

La única clave para no enfermar es seguir el propio destino, disfrutarlo, jamás traicionarse a sí mismo.

Siento que nuestra elección final de amistades en la vida tiene que ver con las personas que piensan bien de uno; es como un acuerdo de admiración recíproca que mantiene y aumenta la autoestima.

Por: Lourdes Henríquez Díaz MA.

Psicóloga Educativa/ Terapeuta

Familiar

Centro De Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

Juan Sánchez Ramírez nro. 31 Suite 203

Edificio: Los Girasoles.

Gazcue

Mail: cedinfa@gmail.com

Oficina: (809) 221-6959


Procesos Emocionales en la Relación de Pareja


Las demostraciones de afecto pueden tener muchos significados. Recuerdo que mi maestro y terapeuta familiar Dr. Pedro Savage nos decía al respecto, que la comunicación no verbal de los hombres para con las mujeres en nuestro país; es muchas veces; una invitación a un encuentro sexual; esto se constituye en una herida que afecta las relaciones de amistad entre hombres y mujeres tan necesarias para la salud emocional y la seguridad en las relaciones personales.

El abrazo y el contacto físico se inhiben porque usualmente los padres han confundido al interior de nuestras familias y al educarnos la manifestación del afecto con tabúes sobre el sexo.

El niño nace sediento de amor; y su vida es el reflejo de esa necesaria adhesión a los demás. Los adultos le debemos enseñar límites; para que aprendan la diferencia de un toque; caricia o masaje afectuoso o un toque genital que lo confunda y le impida protegerse en sus relaciones con los demás.

Alguien que había abusado de la hija de cinco años de su mujer; se excusaba frente al juez diciendo, yo lo hice porque era la niña la que me buscaba. Se olvida esa persona que la función del adulto es enseñar límites; y que todo contacto genital con niños pequeños deforma su desarrollo emocional; la confianza básica y su capacidad para establecer vínculos.

COMUNICAR LAS EMOCIONES

La incapacidad de expresar en palabras las propias emociones o incluso ser conscientes de ellas en forma leve o intensa; denominada alexitimia, se halla tan generalizada entre los hombres; que el profesor de Harvard Ronald Levant la considera como un estado normativo entre los hombres. Mientras que Helen Kaplan sexóloga norteamericana entiende que la “incapacidad para amar” y entregarse en la intimidad con otra persona es un impedimento común entre la población masculina y que esta situación preocupante puede convertirse en una verdadera disfunción.

Esta condición descrita tiene su origen en una educación al género masculino que lleva el mensaje: “los hombres no lloran” “El varón debe ser fuerte; callado y controlado”. Tanto la mamá como el papá suprimen la manifestación de las emociones de sus hijos varones al educarlos de esta manera.

Las conversaciones de los padres con las hijas hembras suele concentrarse más en la expresión de las emociones; tanto las vulnerables como la tristeza; el miedo y el dolor; como las positivas de cuidado; de contacto; o las de afecto. En las niñas se promueve la empatía y una mayor conciencia de sí mismas como la expresión y la respuesta a las emociones de los otros; la resolución de los conflictos y el mantenimiento de la armonía.

La única expresión que se permite o estimula en los varones como deseable es la ira y la manifestación de emociones a través de la sexualidad. Muchos pleitos y juegos rudos entre los varones; que se concentran en la dominación y la agresividad; esconden sin ser conscientes de ello la necesidad de ser abrazados, y es parte de su necesidad de contacto humano.

Los hombres que son educados a vivir desligados de sus emociones; y del contacto con otros significativos; tienen como consecuencia grandes dificultades para comunicar sus sentimientos íntimos; como para experimentar la verdadera intimidad.

Al no saber o no poder expresar la ternura, el cuidado y las emociones vulnerables como el temor, el dolor, el miedo o la vergüenza; lo único que le dejamos como canales de liberación emocional es la de expresar estas emociones a través de la agresión y la sexualidad. Entonces no nos extrañemos que el índice de agresión sea mayor en los hombres, que en las mujeres; parece una complicidad social que provoca este hecho.

No nos debe tomar por sorpresa, que a los hombres les resulte el sexo; el único contexto aceptable donde se puede manifestar el afecto, el amor y el cuidado.

Resulta interesante descubrir que este estado de cosas lo hemos creado con la buena intención de evitar que los hombres se conviertan en débiles u en homosexuales. Está tan arraigada esta creencia en nuestra sociedad que tanto las mamás como los papás impiden que sus hijos varones; aprendan los oficios de la casa, entendiendo que las tareas que por tradición le correspondió a la mujer también ablandan o debilitan a sus hijos varones.

Erick Fromm, psicólogo humanista norteamericano; decía que amar no es debilidad, sino fortaleza.

Es necesario entrenarse en la empatía; (ponerse en lugar de los demás) para poder ser más conciente e identificar las emociones propias y la de los otros.

Otra práctica eficaz en el entrenamiento emocional es el de llevar un “diario” en el que se describa el contexto (familia, trabajo, fiestas…) donde se dan las emociones e identificar las emociones que se experimenta. Luego amerita revisar la intensidad y la duración del sentimiento; para controlar las negativas y prolongar las positivas.

Hacerse con frecuencia la pregunta ¿cómo me sentí? o ¿Cómo se habrá sentido mi pareja? Ya que, al hacernos más conscientes de nuestras emociones las ponemos bajo control; por el proceso de darte cuenta.

EMOCIONES QUE NUTREN Y LA SALUD

Es útil experimentar emociones positivas; las mismas sirven como semáforo para encontrar el mejor camino; producen mucha energía, actitud positiva y optimismo; son contagiosas; crean vitalidad, éxtasis; aclaran lo que es valioso, enriquecedor, creativo; crean un deleite espontáneo; y son el mejor contexto para la salud física y mental.

En la universidad mis estudiantes se ríen cuando les digo que alguna vez voy a convencer a cualquier senador de la república para que introduzca un proyecto de ley innovador; a fin de cobrar un impuesto a todo el que salga a la calle molesto, de mal humor o agresivo; considero que contaminan el ambiente social, porque las mismas son contagiosas; tanto o más que el ruido o la basura.

¿CÓMO VER EL PROCESO EMOCIONAL?

Todos necesitamos establecer contacto y al mismo tiempo tememos ser absorbidos en la relación de pareja. En una búsqueda interminable de un espacio relacional cómodo; creamos una danza o movimiento que refleja nuestro estilo particular de relacionarnos.

Las personas tienen la capacidad de captar el estado emocional de la otra; y responden a él; sin que medien palabras entre ellas.

El proceso emocional interno genera un movimiento hacia y desde otras personas, y ese movimiento crea posiciones frente a los demás. La mujer que pierde su trabajo y depende económicamente del esposo; tanto ella como el hombre y los hijos, experimentan distintas clases de excitación emocional en respuesta a este factor de estrés. Todos se mueven dentro del sistema para manejar la incomodidad de su excitación emocional. Los hijos se apartan de su madre reactiva; el marido se distancia quedándose en la oficina y concentrándose en su trabajo; por la carga adicional que representa su mujer demandante. Se inician las críticas de uno y otro dentro de su propia familia, y en sus respectivas familias de origen; sus amigos recíprocos también reaccionan. Creándose así un ambiente emocional reactivo donde los triángulos con otros se entremezclan.

Ahora bien; si tu estás ansiosa y yo no, y si yo no me dejo atrapar por tu ansiedad, la neutralizaré; y empezarás a sentirte menos ansiosa; esto con frecuencia es muy difícil de lograr y lo que hacemos es también molestarnos.

La conexión con tu pareja abre un canal emocional; dentro del cual se manifiestan el estado interno de cada persona (te puedes sentir ansiosa, confiada, deprimida o feliz…) y afecta lo que sucede entre ambas. Cómo hay diferencias individuales en la capacidad de las personas para controlar su excitación emocional; cada relación tendrá el nivel de apego que le es propio.

Si por casualidad te estás relacionando con una persona muy reactiva; te sentirás irritada tú también; como casi nunca va a escuchar lo que tu trata de decir, porque constantemente intercala el diálogo con críticas y consejos sobre detalles intrascendentes; te vas a sentir muy sola; aunque tengas compañía. Esta persona tiene poca capacidad para reflexionar sobre su estado emocional, y su comportamiento fluye directamente de ese estado; reaccionando como por reflejo.

Otras personas son más reflexivas. Pueden manejar mejor sus estados emocionales y escoger un curso de acción por sí mismas en vez de ser dirigidos por sus emociones. La fuerza de su yo reside en la capacidad de postergar; al poder autocontrolarse.

Observarás que la importancia de cada relación varía. Por ejemplo; es más intensa la relación con tu pareja, que la relación que tienes con tu hermano.

Hay además diferencias individuales de sensibilidad. Existen personas demasiado sensibles a la tristeza o a la ira y la ven en todas partes. En el otro extremo; otras suelen estar tan desconectadas que no captan la señal de emoción por claras que estas sean.

Las parejas se acercan y se alejan unos a otros en respuesta a la incomodidad que les produce estar demasiado distantes o demasiado próximos. La mayoría de las personas nos comportamos como si para poder estar vivo se necesitara la conexión con otra persona. De hecho; todas las relaciones cambian a través del tiempo. Se tiende a considerar que las relaciones son estables y se nos olvida que las relaciones prolongadas son cíclicas e inestables. Esto sucede por los conflictos generados por la necesidad de autonomía (libertad) y la necesidad de conexión de todos los seres humanos.

Los esfuerzos por satisfacer simultáneamente estas dos necesidades producen ciclos alternados de ansiedad de separación y ansiedad de incorporación.

Cuando la tensión y la inestabilidad crecen, los dos miembros tratan de manejar su problema aumentando la distancia o permitiendo que uno de ellos controle al otro o la relación está preparada para activar un triángulo que estabilice el proceso relacional. El triángulo más frecuente en las relaciones de pareja es buscar a una tercera en la relación; siendo infiel.

Cada pareja actúa como un conjunto de imanes que se atraen entre sí cuando están a cierta distancia, pero que empiezan a repelerse tan pronto como su proximidad se ha vuelto excesiva.

Los ciclos de aproximación y distanciamiento se producen en todas las relaciones: papá e hija, hermano y hermana; marido y mujer y hasta amiga y amiga.

Lo que tratamos de enseñar en cada caso a las personas que van a la consulta terapéutica es a actuar en función de sus propias creencias y valores sin aislarse; es decir, conectándose mejor con su sistema de relaciones personales. Esto tiene que ver con aprender a establecer límites; aprender a decir NO o SI según el caso; sin molestarse; y tomando decisiones desde la propia autoridad interna y no como respuesta emocional (reactiva) a la otra persona de la relación y a sus necesidades.

Recuerdo que antes de hacerme terapeuta familiar; yo vivía reaccionando a las comunicaciones de las otras personas y entraba en discusiones donde lo que pretendía era imponer o convencer de que mi punto de vista era el mejor; y a veces, me quedaba con la sensación de lo mucho que sabía o convencía; descubrí que de esa forma alejaba a las personas; que las mismas se incomodaban conmigo y que no era verdad que las convencía. Ahora cuando quiero decir algo lo digo desde mí y no en respuesta o como una reacción a lo que el otro dijo o piensa. Descubrí que no soy profesora de las personas y que si puedo decir algo en forma convencida y tranquila; sin molestarme porque otro piense diferente; demuestro ser yo e invito a los demás a hacer lo propio. Total que cuando uno se molesta en una discusión deja de pensar racionalmente y, por tanto; le es imposible transmitir lo que quiere comunicar.

Una persona diferenciada no es un ser insolidario; es alguien que siendo el mismo; toma en cuenta a los demás y sus necesidades emocionales a la hora de actuar y tomar decisiones.

Cuando el conflicto de pareja es leve, reciente y no muy intenso; el trabajo terapéutico puede en forma breve obtener excelente resultados. Pero si es grave, de larga duración y de gran intensidad, la ayuda que se requiere es mayor y por más tiempo porque las heridas se acumulan y se dañan a terceros; estableciendo triángulos relacionales donde son afectadas otras personas. (Usualmente un hijo, un amante, un amigo…)

Lo que quiero decir con esto es que; usualmente la persona desplaza el conflicto no resuelto en una relación de dos y busca un tercero como interlocutor y eso las calma. Las parejas desplazan a su relación los conflictos no resueltos de su familia de origen. Es el caso de la mujer que habiendo sufrido las consecuencias agresivas para ella, sus hermanos y su propia madre de tener un padre alcohólico se casa con un hombre igual.

Otro desplaza hacia su hija la ira y el resentimiento que puede sentir por su compañera, convirtiendo a esa hija en el problema que los enfrenta. Los problemas no resueltos deben ser tratados en terapia dentro de las relaciones a las que pertenecen. La hija con su propio padre y el hombre del ejemplo con su propia esposa.

Descubrimos de manera axiomática que cuando se mejora la relación entre una pareja y se resuelven sus conflictos emocionales; la hija o el hijo enfocado, mejora en forma espontánea. Es decir; que a menos que se satisfagan las necesidades afectivas de los padres; estos no se pondrán emocionalmente a disposición de sus hijos.

Las destrezas emocionales cuando son desarrolladas son fuente de satisfacción y gratificación; reducen el dolor personal, los conflictos; hay más armonía en las relaciones; y se puede integrar mejor el amor y el afecto a la sexualidad.

Por: Lourdes Henríquez Díaz MA.

Psicóloga Educativa/ Terapeuta Familiar

Centro de Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

Consultorio: Juan Sánchez Ramírez nro. 31 Suite 203

Edificio: Los Girasoles. Gazcue

Mail: cedinfa@gmail.com

Teléfono:(809)2216959

La Responsabilidad en la Relación Padres e Hijos


Ser responsable de sí mismo significa reconocer que uno elige lo que hace y también ser quién se es. Esto es, aceptar las consecuencias de tus decisiones en forma consciente y crítica.

Si padres e hijos no se hacen responsables de sí mismos se agotan, culpan a otros, a la situación o al destino de su triste situación y claro no hacen nada para cambiar porque son otros los que deben hacerlo. Es común escuchar a las personas justificar lo que hacen por razones como por ejemplo “yo soy Abreu y como todos los Abreu somos locos es por eso que actuó así”. En otras palabras algo fuera de mi es el culpable de lo que me pasa y se escuchan expresiones frecuentes en algunas madres como “me sacrifiqué por ustedes y dejé de ser yo”. Es más cómodo y mucho más fácil esta actitud y así no tengo que esforzarme en cambiar y mejorar.

DEFINICIÓN

Para el psicólogo alemán Fritz Perls la responsabilidad es la habilidad para responder, por ti mismo, por tus acciones, sentimientos o pensamientos. La responsabilidad hacia otros solo puede surgir cuando uno se da cuenta de la responsabilidad por sí mismo. Es por eso que es necesario trabajar en terapia nuestra propia diferenciación. Cuanto más conciencia hago, de que yo mismo como papá soy el creador de lo que hago, más veré mi responsabilidad por los efectos que tengo sobre mis propios hijos.

Si bien es cierto que no podemos responder uno por el otro; como el padre que se enoja porque su hija hizo el ridículo en la casa de su amigo Juan, como si fuera él, el que se comportó de esa forma. Una vez que aceptamos que las personas se afectan las unas a las otras, entonces la responsabilidad incluye también el deber que tenemos para con los hijos. Es maravilloso escuchar en consulta la admiración que siente una hija por su padre que fue capaz de dejar la bebida después de su nacimiento.

Las personas pueden contribuir y lo hacen a que otras se vuelvan locas o se suiciden, y la gente influye también al gozo y al crecimiento de otros. Es importante por tanto, animarnos a ver nuestro impacto sobre los otros para bien y para mal.

Es lo que explica que la hija se haga alcohólica repitiendo la conducta de su padre alcohólico, o por el contrario no toque una gota de alcohol como reacción contraria al alcoholismo del mismo. Sin embargo, a veces aunque la hija no ingiera alcohol se comporta con las mismas características de agresividad y falta de compromiso propio de las personas alcohólicas; produciéndose lo que se conoce como alcoholismo seco.

¿QUÉ HACER?

Es necesario promover la idea de que es mejor que los padres estén abiertos al cambio, en lugar de pensar que su papel solo consiste en ser responsables de la educación de sus hijos.

En la relaciones padre e hijos cuando nos tratamos con dignidad y respeto; y somos responsables con los compromisos contraídos creamos la base de la democracia. Comprometiéndonos todos a crecer y cambiar; admitiendo que vamos a aprender todos de todos: los hijos de los padres; los padres de los hijos; los hijos de los hijos; los padres de otros padres; los maestros de los padres; los padres de los maestros y así hasta el final.

Cabria preguntarse ¿cuantos de nosotros admitimos que aprendemos de nuestro propios hijos y se lo hacemos saber? Porque como dijo el médico y psicólogo indio Deepack Chopra "Nuestros hijos son nuestros más grandes maestros".

Así en la comunicación con tus hijos; podrás hacerte responsable de tus sentimientos; hacer conciencia de tus pensamientos; no necesitarás responsabilizar a otro por tus reacciones; asumiendo el control de ti con responsabilidad. Esto hará que tus hijos te conozcan como eres y puedan crecer alrededor de un self definido; lo que lo ayudará a su propio proceso de búsqueda de sí mismo.

Creo que en este punto es esencial saber que hoy día, no solo los terapeutas sino nuestros colegas psiquiatras facilitan a sus clientes esa fuerza poderosa de la responsabilidad. Lo que se hace es que se entrena a los pacientes psiquiátricos que sean ellos mismos los que se den cuenta que cuando oyen voces, o se sienten perseguidos deben tomar su medicamento, ya que su experiencia es única y personal y si la comparten con las demàs personas probablemente les tendrán miedo y lo rechazarán.

Cuando los padres y los hijos toman la responsabilidad de sus vidas, acrecientan sus posibilidades y aprenden a hacer elecciones que los mejoran y los nutren. En este punto es esencial facilitar que sean los hijos los que resuelvan sus propios dilemas relacionales sin que padre o madre intervengan, los hijos descubren así su capacidad para solucionar conflictos.

Cuando los padres asignan pequeñas responsabilidades a sus hijos e hijas en las tareas propias del hogar en forma equitativa y justa; desarrollan la capacidad para trabajar y aprender a disfrutar el ser útil. Con el tiempo los hijos van mostrando "responsabilidad filial" pudiendo ayudar a los padres en las diferentes y a veces numerosas tareas que los ocupan.

Por: Lourdes Henríquez Díaz MA.

Psicóloga Educativa /Terapeuta Familiar

Centro de Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA): Juan Sánchez Ramírez no. 31 Suite 203

Edificio: Los Girasoles; Gazcue

Mail: cedinfa@gmail.com

Teléfono: (809)221-6959

La Pareja Ética



ELEGIR PAREJA

Cuando dos personas deciden unir sus vidas y formar una pareja están ejerciendo un derecho humano de realizar un matrimonio por amor; lo que supone la elección mutua y asumir un contrato efectuado libremente.

Esto es propio de nuestro mundo occidental; antiguamente se usaban las casamenteras y eran los padres los que decidían con quien se unían los hijos y las hijas. Hoy día, aunque esta costumbre solo es frecuente en algunos países orientales, aun nosotros creyendo que somos libres al elegir pareja no nos damos cuenta de que lo que influye al decidir es ese conjunto de impresiones y sensaciones emocionales que los padres nos ayudaron a conformar.

Cuando nos enamoramos elegimos lo que ya conocemos y son los padres los modelos preferidos para imitar por lo que buscaremos personas similares a ellos al elegir la pareja.

La mujer y el hombre miembro de la pareja en cuestión provienen de por lo menos cuatro familias de origen diferentes (línea paterna y materna) y la construcción como persona ética ya esta establecida; por lo que cuentan con principios y valores diferentes para solucionar los conflictos morales a los que se verán sometidos.

IMITAMOS MODELOS

Una vez que una persona se implica en una relación de manera libre e intencional, aumenta su sensibilidad para captar aspectos relevantes de ella y hacerlos suyos; la admiración y el respeto hacia la otra persona hace que la misma pueda influir en uno; por lo que podemos convertirnos en mejor ser humano. Recuerdo de un cliente que afirmaba reconociendo los cambios en su mujer: “cuando yo me case con ella tenia unas malas costumbres que conmigo las ha dejado, ahora puede honrar su compromisos y pagar lo que debe con alegría”

Lo que a veces, pasa, es que una persona puede repetir algo que vio hacer al modelo elegido como ideal de moralidad y que se utiliza como marco de referencia para el autoperfeccionamiento personal; pero eso que repite puede no ser una conducta moral adecuada. Y es lo que explica que una mujer cuyo padre alcohólico hizo sufrir mucho a su propia madre en su familia de origen, repite en su familia nuclear el dilema familiar al elegir como pareja un hombre alcohólico. Esas elecciones son invisibles para la persona que la sufre.

Se requiere madurez para ser capaz de enjuiciar la moral que se haya recibido de la familia de origen de la que provenimos que es donde se ha desarrollado nuestro self; para así construir nuestra propia ética personal.

LO ÉTICO

Lo ético implica el concepto que nos define sobre el bien y el mal, sobre justicia e injusticia, igualdad, equidad, responsabilidad, cuidado, respecto, derechos y deberes.

El hablar de ética, apunta en la dirección del reconocimiento de que algunos comportamientos morales son superiores a otros. Es necesario hablar de justicia; de equidad en deberes y derechos; de reciprocidad en el toma y daca relacional; del respeto al otro; en fin, de búsqueda de fórmulas que afecten lo menos posible a la otra persona y que no signifique esa actuación una traición a nuestro propio self.

Evaluar las consecuencias éticas de cada acción nos ayuda a enfocar injusticias o situaciones de explotación en el momento que se producen y estimar el daño propio o el que le hayamos provocado a los demás.

La ética supone tomar decisiones diferenciadas consultando los principios morales que rigen nuestro self. Para ello le enseño a los clientes cerrando los ojos a escuchar su sentido interior que les indica las señales internas. Al mismo tiempo que nos consultamos; tomamos en cuenta la otra persona cuya vida se vera afectada por dicha decisión.

Me encuentro con frecuencia con parejas en la consulta terapéutica que se sobregiran emocionalmente al hacerse responsables de las necesidades del otro; es decir, entienden los deseos de su compañera y satisfacen los mismos, pero aunque esa postura aparentemente resultaría la ideal, no es la correcta porque se olvida esa persona de la justicia consigo misma y su propio self. El sobregirarse se paga a veces con depresiones y otros síntomas psicosomáticos, como ataques cardiacos, úlceras, caída de pelos etc...

Sobregirarse significa hacerse responsable y tomar la carga que a otro le pertenece.

La equidad en deberes y derechos es superior a la igualdad; que no significa darle a todo el mundo lo mismo. La equidad de la justicia plantea darle a cada quien lo que necesita y merece por sus propios méritos. A los fines del presente análisis viene muy a cuento lo que Aristóteles afirma: “Es tan injusto tratar a iguales en forma desigual; como tratar desiguales igualmente”

Para la psicóloga estadounidense Carol Gilligan una persona adulta madura debe integrar la ética de los derechos y deberes propia de los hombres y la ética de la responsabilidad y el cuidado recíproco, propia de las mujeres.

ENTENDIMIENTO MUTUO

Los miembros de una pareja que quieren entenderse necesitan:

1º - hacer una costumbre el analizar lo que cada uno opina sobre los dilemas morales que experimentan; cuando van junto a ver una película, una obra de teatro o leen en común un cuento o una historia de vida.

2º - tratar de pensar por si mismos. Revisar cómo es afectado por los prejuicios sociales o por opiniones sin fundamento cada vez que opina o evalúa sobre una situación conflictiva.

3º - Obligarse a usar empatía. Es decir, ponernos en el lugar del otro siempre.

4º - Pensar de acuerdo consigo mismo. Esto es, evitar las contradicciones y ser coherentes con nosotros mismos, de suerte que un principio moral no contradiga otros que afirmamos sostener.

5º -cuando se solucione un conflicto moral que los afecte a ambos, la mejor fórmula para hacerlo es la de ganar/ganar. Por cuanto escucho lo que mi pareja tiene que decir y luego trato de ser escuchada, actuando de esa forma con consideración y respecto.

6° Es ideal un diálogo auténtico entre los miembros de la pareja.

RELACIONES ÉTICAS

Según el terapeuta de familia Iván Nagy “la esencia de cualquier relación humana es la capacidad para asumir compromisos y confiar en los demás”. La confianza viene y se consigue en base a la sinceridad y la apertura; en contraste con la negación o el secreto. Eso no significa que no se tengan espacios personales o privados o que lo diferente se experimente como motivo de confrontación en vez de vivenciarlo como un valioso instrumento de crecimiento.

Cuando se confronta un dilema moral; como por ejemplo el ser infiel a tu pareja, para solucionarlo necesitamos buscar ayuda profesional; al hacerlo pudiera ser que uno de los miembros de la pareja exija una solución automática e inmediata del dilema en cuestión y se nos olvida lo difícil que puede resultar lograrlo.

Por un lado, el sentido de una misma situación puede ser diferente para cada persona y además la persona no necesariamente puede darse cuenta, del sentido moral de un hecho de forma inmediata. Muchas veces la terapeuta al trabajar con una pareja plantea explícitamente la necesidad de dejar para más tarde, la decisión moral en cuestión, en lo que se analiza y descubre el significado que tiene la conducta para cada miembro.

La búsqueda de significado es entender lo que para cada miembro significan las cosas sin prejuiciar o suponer que un hecho tiene una sola explicación posible.

Las parejas al comunicarse socializan contenidos morales y expresan lo que consideran bueno/ malo, justo/ injusto; sin embargo esta expresión ética es como la punta del Iceberg, la gran parte de lo que somos moralmente se vive y actúa en forma implícita o indirecta y a veces inconsciente; y a pesar de esta realidad se argumenta entre las parejas “pero es que él debió saber lo que yo pienso, él me conoce”.

En el “toma y daca” relacional al justificar la actuación recíproca se escuchan expresiones tales como: “Es que como él me es infiel, pues yo hago lo mismo” demostrando un desarrollo moral infantilizado. Son los niños los que al explicar su actuación inadecuada la justifican con la famosa ley del Tailón “ojo por ojo y diente por diente”.

Personalmente creo que nosotras las mujeres perdemos méritos en esa famosa guerra entre los sexos al suponer que gano en libertad y maduración cuando hago cosas que en su momento eran propia de los hombres. Me refiero a llegar a deshoras; tomar alcohol en exceso y cosas por el estilo. Una conducta es éticamente incorrecta cuando me hace daño físico o psicológico a mí o a los otros y eso no tiene que ver con el sexo de quien la realiza.

No tengo calidad moral para justificar una actuación que le haga daño a un semejante o a mi propia persona por el hecho de que alguna vez otros lo hicieron conmigo. Eso es actuar el “Derecho Destructivo” y una persona ética siempre tiene la opción de actuar o no ese derecho.

La capacidad afectiva que establece una comunicación real auténtica entre los participantes; es la vacuna que inmuniza para las diferentes pruebas morales a la que la misma se vea sometida.

Lourdes Henríquez Díaz

Psicóloga Educativa/ Terapeuta Familiar

Centro De Desarrollo Integral Familiar (CEDINFA)

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